lunes, 9 de enero de 2012

A 390 km/h y no es un Veyron sino un Audi S4 C4 de 1992

 David Villarreal el 1 de enero de 2012.


Audi S4 C4


Superar la barrera de los 390 km/h es una hazaña sólo factible para unos pocos afortunados. Hablamos de superdeportivos espectaculares y muy exclusivos, de máquinas que manejan precios de hasta siete cifras y con una ingeniería a sus espaldas. Lo sorprendente es que el modelo de nuestra historia no responde al arquetipo del deportivo al que todos estamos acostumbrados, sin ir más lejos si no fuera por las pinturas de guerra parecería más una aburrida y anodina berlina de padre de familia de los años 90 que un caza-records.
El protagonista de esta historia es Jeff Gerner, un afortunado cuya pasión es también su profesión. Hoy en día regenta un taller de preparaciones de vehículos Audi y Volkswagen y a lo largo de su vida ha tenido ocasión de competir en alguna que otra carrera de velocidad. Su pasión por los Audi y los motores sobrealimentados de cinco cilindros le llevó a embarcarse en una gran aventura: luchar por alcanzar un record de velocidad en el “desierto” de sal de Bonneville al volante de un Audi S4 C4 de 1992 y lograracariciar los 390 km/h. Toda una hazaña…
Jeff escogió un Audi S4, y más concretamente este de la generación C4, por su diseño aerodinámico de bajo coeficiente pensado para mantener cruceros a alta velocidad en los tramos sin límite de las Autobahn alemanas. Su motor no podía ser otro que un cinco cilindros en línea de 20 válvulas que originalmente fue pensado para la competición y más concretamente para los clásicos Grupo B de rally. En su primera asistencia el S4 C4 de 1992 de Jeff marcaba más de 700 CV en el banco de pruebas.
En el año en que lograría el récord la potencia desarrollada rondaría los 1000 CV y sobretodo la resistencia suficiente para mantenerse durante unos tensos minutos a un régimen de 9.000 rpm sin destrozar el árbol de levas, la transmisión, el cambio…
Audi C4 S4
Una preparación de este caracter no basa su éxito únicamente en potencia. Uno de los puntos más complicados está en la puesta a punto de las suspensiones, la seguridad y buena parte de la velocidad punta teórica posible dependen de ello. La altura y el recorrido de los amortiguadores se redujo lo máximo posible y se hizo que la trasera estuviese muy ligeramente elevada respecto al eje delantero para mejorar ligeramente la estabilidad y la tracción del eje posterior. Esto ayudaba también a mejorar el flujo de aire bajo el vehículo y lograr el llamado “efecto suelo” que impidiera una pérdida de adherencia del vehículo y que este “despegase del suelo” al alcanzar velocidades superiores a los 350 km/h.
Y ahora se preguntarán, ¿dónde está el alerón? ¿los difusores posteriores? ¿ni tan siquiera un splitter en el frontal? Precisamente lo curioso y lo llamativo de la categoría en la que estaba inscrito en Bonneville el Audi de Jeff es que no se permiten modificaciones en la carrocería respecto al vehículo de serie. De hecho apenas hay modificaciones aerodinámicas a destacar más allá de sus ruedas con llantas lisas pensadas para reducir las turbulencias aerodinámicas que tradicionalmente producen los radios de las llantas de aleación.
Para su seguridad este Audi S4 C4 también fue equipado con una jaula antivuelco, asientos de competición de Kevlar con arneses de cinco puntos, interruptores para desconectar automáticamente la bomba de gasolina y la batería y material aislante e ignifugo en el vano motor.

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